Las construcciones industrializadas, lejos de reemplazar a la arquitectura de tradicional, siempre la ha nutrido y beneficiado. El principal aporte es la estandarización y racionalización del diseño arquitectónico y la construcción.
La industria de la prefabricación de casas experimenta y depura sistemas compuestos por módulos y particulares soluciones que de cualquier manera son asimiladas por la construcción tradicional. Esta práctica es, por consiguiente y de gran forma, una lenta pero progresiva inclusión de técnicas hasta ahora considerada como no tradicional.
Las nuevas tecnologías en la arquitectura provienen de otras industrias, excepto cuando se trata de casas prefabricadas y otros estilos edilicios.
En España y gran parte de Sudamérica, donde la prefabricación de casas no es tradicional, estas técnicas están vistas como sinónimo de baja calidad. Hoy día, debido a la creciente crisis y la búsqueda cada vez mayor de acotar gastos de todo tipo, este modelo en crecimiento es incluido a estos países a través de la importación desde aquellos sitios con mayor investigación, tradición y tendencia asociada a la industrialización de construcciones: paises como Australia, Suecia o Estados Unidos.
Para que estos recursos procedentes del extranjero resulten en un desarrollo artístico y económico, es pertinente la industrialización y prefabricación en origen.
Existen distintos tipos de sistemas industrializados, donde los puedes clasificar debido al peso de sus elementos de la siguiente manera: Sistemas Livianos, cuando el peso de las partes componentes no supera los cien kilogramos; Sistemas Semipesados, desde ciento uno a quinientos kilogramos por elemento componente; Sistemas Pesados, donde el peso de sus elementos supera los quinientos kilogramos; y Sistemas «In situ», los cuales requieren que gran parte de la obra se realice en el lugar de emplazamiento.
Observando esta clasificación, obtenemos un cierto agrupamiento de tecnologías y materiales. Así en los sistemas livianos, se utilizan chapas plegadas o maderas, el los semipesados se emplean hormigones alivianados, los pesados estructuras tridimensionales de hormigón armado y los «in situ» hormigones colados en encofrados o capas sucesivas de morteros proyectados.
Por lo general las empresas industrializadoras de viviendas derivan en dos circunstancias de venta una estándar y otra «a medida». Por supuesto que los costos van a ser diferentes, la estándar va a tener un costo menor, será más rápida su realización y construcción. En tanto la opción «a medida» tendrá un costo mayor, la realización en taller demorará, ya que los módulos deben ser hechos según la media requerida, pero aun así deben seguir el módulo industrializado de los paneles según sea cada sistema constructivo. En cuanto al montaje en obra llevara un tiempo similar a la opción estándar.
Hoy, la globalización y los cambios en los estilos de vida a nivel mundial han permitido al consumidor ir conociendo y asumiendo que los sistemas constructivos industrializados son objetivamente más eficientes. Sólo resta que esa eficiencia constructiva sea acompañada técnica y comercialmente por productos y servicios de calidad.