Las características del estilo colonial se combinan para crear un estilo arquitectónico elegante y atemporal que ha perdurado a lo largo de los años.
Elegancia clásica: Las casas de estilo colonial se caracterizan por su sofisticación atemporal y su arquitectura equilibrada y simétrica. Los materiales constructivos comunes en las casas coloniales incluyen ladrillos, piedra, madera y estuco, que les otorgan una apariencia sólida y duradera.
Colores cálidos y neutros: Los tonos terrosos como el blanco, el beige, el crema y los matices suaves de amarillo y marrón son típicos en la paleta de colores de las casas coloniales, creando una atmósfera acogedora. Las casas coloniales suelen tener puertas y ventanas grandes y simétricas, con marcos ornamentados que realzan la estética clásica.
Adornos delicados: Las casas coloniales a menudo presentan detalles decorativos en molduras, cornisas y barandillas, aportando un toque de sofisticación y ornamentación a la fachada. Ventilación y protección: Las persianas y contraventanas de madera son características comunes en las casas coloniales, brindando protección solar y permitiendo la circulación de aire fresco.
Detalles arquitectónicos distintivos: Los frontones triangulares, las columnas, los pórticos y los balcones son elementos arquitectónicos característicos que añaden encanto y elegancia a las casas coloniales. Techos a dos aguas: Los tejados a dos aguas son comunes en las casas coloniales, con pendientes pronunciadas que ayudan a desviar la lluvia y a darle un aspecto distintivo.