Mucha gente predijo a finales de los 90 que los televisores quedarían completamente obsoletos y serían sustituidos por los ordenadores personales en una década. Pues bien, estamos en el año 2010 y todavía podemos decir que no ha ocurrido. Sin duda, los televisores de hoy en día son bastante diferentes de los de entonces. En aquella época, la televisión interactiva aún no había despegado y los aparatos eran incapaces de ofrecer entretenimiento a través de Xbox o streaming de YouTube (entonces no existía YouTube 🙂 ). Aunque hoy en día las fronteras entre el televisor y el ordenador se han difuminado, podemos decir que el televisor mantiene la imagen de «aparato de entretenimiento relajado». A diferencia de lo que ocurre con el PC, ver la tele es relajarse en un entorno cómodo, sin que el usuario tenga un papel activo en el proceso.