Esta asombrosa casa de huéspedes de 640 metros cuadrados situada junto a un lago es una obra maestra brutalista de los arquitectos Nikken Sekkei, en Japón.
La casa de hormigón se diseñó para desplegarse como una espiral continua que revelara más de la cambiante vista del lago a cada paso que se diera. No es sólo la magnífica vista lo que envuelve esta casa en el lago, sino el dichoso sonido de las ondulaciones del agua al borde de la cubierta de la casa.
La humedad y la radiación térmica se transmiten a la espiral en distintos grados, para que los huéspedes puedan descubrir las atmósferas que les resulten más confortables. Los amplios panoramas del jardín tocan los espacios interiores para crear una profunda conexión con la naturaleza en todas las exclusivas zonas de estar de la casa de huéspedes.
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