Encajada en la ladera de la montaña, esta vivienda única está diseñada para honrar su pintoresco terreno. Enormes paredes de cristal abren el interior de la casa al panorama montañoso.
Las masas de agua definen la casa, creando un estanque de reflexión en el salón principal, una terraza en la azotea llena de agua y una piscina exterior que fluye hacia un acogedor pozo de conversación.
Diseñada por el arquitecto Stephen Tsymbaliuk, la casa presenta un interior espacioso y lujoso con un exuberante patio interior y amplios tragaluces. Los dormitorios son de otro mundo, con techos de cristal para que todos puedan dormir bajo las estrellas. Un garaje subterráneo se adentra en la montaña como si fuera la entrada a la Batcueva. Unos arcos de LED iluminan la espectacular entrada.
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