Bajo el eslogan «la tendencia del futuro», encontramos la última innovación en casas prefabricadas desde los Estados Unidos. Esta vivienda industrializada se presenta con ingeniosas soluciones y con distintas variantes para un mismo tipo de casa.
La casa industrializada que alcanza los setenta metros cuadrados, consta de dos volúmenes superpuestos, uno por encima del otro. Aunque la su construcción es muy sencilla, el arquitecto hace referencia a la ideología establecida por Sullivan, esa relación Interior-exterior. Logra abrir dos ingresos diferentes, a ambos lados de la obra sin dejar de lado la integración de la vivienda con el entorno.
La flexibilidad de adaptarse a las necesidades del habitante, es la principal ventaja de esta vivienda. Nos brinda la posibilidad de expandirla o agrandarla según nuestras necesidades, con los distintos módulos prefabricados, estudiados previamente para su posterior crecimiento.
Un dato interesante y que apunta a la ecología y a la amabilidad con el medio ambiente, es que la vivienda fue diseñada para solo consumir cuarenta y ocho kilowatts hora por metro cuadrado de vivienda anualmente, además de estar equipada con un sistema de colectores solares, ubicados en el tejado, que prevé la necesidad de agua caliente durante todo el año con un mínimo consumo de gas envasado o natural.
También, en su materialidad de madera y junto a las aislaciones térmicas de lana de roca, dispuestas en los muros, hacen a esta casa industrializada un lugar ideal para mantener casi constante la temperatura, tanto en invierno como en verano.
Por último y como punto vanguardista y único, en esta vivienda nos encontramos con un sofisticado y estudiado sistema de recolección de aguas pluviales, reservadas en un depósito, para su reutilización en los locales de baño y para el riego del jardín.
Con este tipo de viviendas podemos ver como los profesionales de la arquitectura y la construcción, aportan su grano de arena, desde el diseño, la estética y el confort del ser humano, a la preocupante condición de nuestra naturaleza y nuestro planeta, sin dejar de deleitarnos con proyectos estéticamente bellos y funcionalmente correctos, incluyendo como una condicionante ética el tema de amenizarse con el medio ambiente y reducir los costos tanto de construcción, como los gastos de mantenimiento de nuestro hogar.